Cenicienta

Me sorprende que una chica de 23 años piense que puede quedarse solterona, porque hace algún tiempo que no tiene pareja. Es bonita, agradable e inteligente, pero como le ha ido mal un par de veces, sospecha –incluso- que hasta alguien pudo hacerle una brujería para no encontrar un “buen” hombre.
Cuando estuve enamorada por primera vez, creía que el mundo no amanecería si Henry Barrios no me miraba. Tenía 13 años y sentía que no valía la pena seguir viviendo si no podía hablarle… de eso han pasado unos cuantos años y, también, unos cuantos hombres que no me han mirado.
Pero aprendí que la vida es un tira y encoje, más cuando se refiere a amores de pareja. Se trata de ponerse al otro lado de la cuerda y halar y halar a ver quien cae primero.
Por experiencia propia –más por supuestos y deseos frustrados- puedo decir que es más o menos así: te aman, te aceptan, no te aman, te rechazan, te aceptan y te vuelven a rechazar, se confunden, se pierden, amas a otro, te buscan, ya no estás, se van, te vas, vuelves, ya no están, te buscan de nuevo, te aceptan, rechazas… y puedo seguir añadiendo acciones a la lista, hasta el infinito quizás.

Tal como dice Barthes: “la historia de amor es el tributo que el enamorado debe pagar al mundo para reconciliarse con él”.

En alguna película que vi, un personaje dice que una separación debe ser como un disparo, o como un choque en auto, que mate de una vez, y así, ahorrarse todo el dolor que viene después. Al final de la trama –llena de clichés por demás- nuestro personaje vuelve a enamorarse y “ser feliz”. Tendríamos que ir a una segunda parte de esta película para comprobar si resultó o no, para ver los entretelones de la vida en pareja. Desde el ronquido insoportable hasta las pantys en el baño; del domingo en casa con mamá, a las noches con amigos. Con todo esto, aún el amor o las ganas de enamorarse y de compartir con otro, no se pierden por completo, menos a los 23. Se deja de creer por un tiempo -es lógico-. Pero el día menos pensado vuelven las mariposas al estómago, el tiempo de la coquetería, el temor a equivocarse, las ganas de dejarse ver, y todo lo que implica ese juego de seducción.

Pero en esa etapa de conduelo después de la separación, algunas mujeres, quizás más que los hombres, creen que no habrá un mañana. Hasta ahora, y a pesar de…, soy de las que creo. Es el juego de la vida, que mueve sus piezas para que siempre volvamos a intentarlo. A veces, algunas amigas llenas de dudas me preguntan a quién le ha pasado, quién ha encontrado su “media naranja” y además ha logrado conservarla, quién ha tenido tanta suerte.
La respuesta es muy fácil... ¡Cenicienta!
Para Mari

7 comentarios:

Jeanette Cecilia dijo...

Veritas est

MadelCarmen Vargas dijo...

La Cenicienta besó a otro sapo que se convirtió en príncipe... ¿o fue al revés?

Gracias...

Cenicienta está emocionada de nuevo. Tal y como dices que sucedería.

Muchos besos, te quiero mucho.

Anónimo dijo...

Entre la suertuda de la Cenicienta, que es la única que ha tenido la suerte de las feas que las bonitas desean, y los besos de los grillos que no se convierte en príncipes y tampoco te convierten en princesa, creo que tus versiones de cuentos de hadas son mas interesantes :S

k!m

Adrimosar dijo...

Kim, dónde están esos cuentos de hada??? a ver si me los creo!

Unknown dijo...

que bueno está Adri! yo a los 29 años me estaba haciendo la misma pregunta y por esas cosas de la vida me provocó leer tu blog.

Ana Isabel Castillo dijo...

Amiga, hoy me he desvelado atrapada en tus letras,cada historia, cada relato o cada reflexion tuya me invitan a seguir leyendote y descubrir mas de tus excelentes publicaciones,no me asombra ademas, solo me confirma lo brillante que sois, percibo claramente que tu angel se tranforma en escritura, que bonito Adriana que estes haciendo lo que te gusta.

Esta forma de contar algo tan real como son estos procesos del querer, me han hecho recordar lo que dice nuestra amiga la Monic: "es que yo de todos me enamoro, mi corazon es muy grande da pa eso y pa mas", diciendo ademas, si no funciona vivo mi guayabo me repongo y vuelvo a amar que le vamos a hacer chiccc!

Te deseo lo mejor siempre Adriana cuanto gusto me da leerte un abrazo Amiga

PatRi dijo...

Todas en algún momento de nuestras vidas pasamos por esas preguntas de la chica de 23 y llegamos a creer de verdad como ella que no conseguiremos a nuestra "media naranja"...ahora a mis treinta y tantos me he dado cuanta que no necesitamos esa "media naranja"...lo ideal es que nosotros estemos completos y satisfechos con nosotros mismos con lo que somos, con lo que hacemos, con lo que creemos...solo cuando esto suceda... de verdad estaremos dados completamente a una pareja... y no entraremos a ella pensando "en lo feliz que me va a hacer", no, es lo que feliz que ya estoy conmigo...y al estar en pareja, ahora seremos dos...