El kamasutra en la pared



Paula insistió muchas veces en ir a ese lugar. Diana esperaba que yo aceptara pues ya había “resuelto” con alguien. Las calles eran muy confusas. Cuando no conoces una ciudad todas las calles son confusas, pero éstas, realmente, eran un laberinto. Nos dirigíamos a un antro bogotano. “Uno de los mejores de la ciudad”, según escuchamos.

Cuando entré recordé el “cordomblú” de Plaza Venezuela, en Caracas. Quizás este lugar que estaba por descubrir también había sido un bar de putas en épocas pasadas.

Muchos hombres, pocas mujeres. Música y videos. Héctor Lavoe, la Fania, Pablo Milanés, Fito. Qué más podía esperar. Ebria, entré al baño y supe que no tenía muchas opciones. Tenía que quedarme. Me miré al espejo y tomé una foto, el tequila se evaporaba por mi piel. Fito me cantaba al oído “llueve sobre mojado”.

Recuerdo el tubo por donde la gente se deslizaba desde el segundo piso, el video de Joe Cuba en la pantalla, el tumbao extraño de los bogotanos, y la imagen del kamasutra a lo largo de las paredes, recorriendo todo el local. Desperté y estaba en el hotel. Paula y Diana no estaban... resolvieron.